domingo, 13 de junio de 2010

El renacer de un proyecto legendario

Artículo publicado por Leonardo Robles
en El Mercurio de Valparaíso (13 de junio de 2010).

La Editora Nacional Quimantú alcanzó a publicar cerca de doce millones de libros desde enero de 1971, hasta que la cerraran los militares el 11 de septiembre de 1973.

Fue una de las iniciativas culturales de mayor impacto creadas por el gobierno de la Unidad Popular, y liderada por el periodista Joaquín Gutiérrez.

En ella trabajaron escritores como Alfonso Alcalde, José Miguel Varas y Alfonso Calderón, y tuvo por objetivo acabar con el concepto de libro como si fuera una mercancía, al llevar a cabo políticas de producción y distribución que consiguieron rebajar el precio de los volúmenes al mínimo.

Durante el gobierno militar Quimantú pasó a llamarse Editorial Gabriela Mistral, pero no tuvo ni la fuerza ni el espíritu de la idea original. Y tendrían que pasar más de 30 años para que se retomara la iniciativa. Recién el año pasado comenzaron a aparecer libros bajo el sello del legendario proyecto que inundó el país durante dos años con la principales obras de la literatura chilena y mundial, transformando de este modo a los textos en herramientas para la emancipación, difusión y la educación de amplios sectores de escasos recursos en lo que sería una experiencia democratizadora de la cultura, única en su tipo.

EL RENACER DE LA IDEA

Tal como su predecesora, la nueva Quimantú, ha optado por prescindir de las grandes librerías al utilizar como canales de distribución las organizaciones sociales, las ferias y las actividades populares, así como la red de libreros independientes (Librería Crisis en Valparaíso).

Al mismo tiempo, han tratado de mantener la línea social que caracterizó a la propuesta truncada, otorgándole espacio e incorporando a los sectores emergentes y postergados como los jóvenes y los pobladores.

LAS NUEVAS OFERTAS

Los libros de la editorial, consecuentes a la propuesta misma, sólo alcanzan un valor que ronda entre los mil y los cinco mil pesos para todos los ejemplares de sus variadas colecciones, las que tocan temas históricos, así como también el cómic, la narrativa y la poesía.

Uno de los libros más destacados de la actual Quimantú corresponde a Los inquilinos, una excelente novela escrita por Marco Fajardo, un joven periodista chileno que desde el 2003 radica en Buenos Aires. Su libro refleja a todos los desencantados por la decadente y ambigua democracia llegada al país en los años '90, mediante la narración de manifestaciones políticas, violencia policial, fantasías sexuales y múltiples historias de represión ocurridas durante la dictadura militar.

Los inquilinos forma parte de la colección "Creando En-Señas", tal como el cómic Alto Hospicio de Rodrigo Ramos, el cual penetra en la serie de asesinatos perpretados en la pequeña y pobre localidad nortina, que fue foco de atención hace algunos años por la brutalidad de los actos, pero -por sobre todo-, por la desidia con que las autoridades trataron el tema.

Otros libros claves en el renacer de este proyecto popular es el poemario Habitante inconcluso de Hernán Viluñir; la novela de Mario Rojas, El tango de Edipo; la biografía de Rolando Alarcón escrita por Carlos Valladares y Manuel Vilches; y el cómic Weichafe de Carlos Carvajal y Juan Vásquez, donde la gesta de los mapuche con los españoles en la Conquista, se extrapola al actual conflicto entre los comuneros mapuche, el Estado y las empresas forestales.

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