El autor sintetiza y articula materiales conocidos y agrega otros obtenidos especialmente a través de entrevistas. Militares, carabineros y detectives también fueron reprimidos. Muchos, torturados. Varios fueron condenados a muerte por sentencias que no se acplicaron, debido a la presión internacional. Otros fueron asesinados. Denigrados y humillados, se les expulsó de las filas. Privados de sus derechos y beneficios institucionales, muchos tuvieron que exiliarse.
El golpe del 11 de septiembre de 1973 fue organizado y encabezado por un grupo de generales y almirantes de fuertes convicciones reaccionarias influidos por la Doctrina de la Seguridad Nacional, que habían conocido en las escuelas norteamericanas de instrucción militar o a través de intercambios. Muchos tenían tendencias fascistoides. Ese grupo actuó sobre una oficialidad vacilante. Parte de ella era proclive a una intervención castrense ordenadora, no necesariamente un golpe de Estado ni una represión brutal, y una minoría constitucionalista, muy pequeña, estaba dispuesta a manifestar su oposición siempre dentro de los marcos disciplinarios.
Este libro es un relato documentado, vivaz y de utilidad para la recuperación de la memoria en peligro de perderse y que necesita -todavía- ser ampliada e investigada más a fondo. Es también una crítica a la falta de reconocimiento institucional y social a los militares "constitucionalistas", que deberían ser asumidos como ejemplo ciudadano en contraste con los militares que traicionaron su juramento y cometieron atrocidades injustificables. A más de treinta y tres años del golpe, las FF.AA., Carabineros e Investigaciones han hecho poco en materia de reconocimiento y rehabilitación. Nada en cuenta a destacar a los "constitucionalistas" como los militares que efectivamente cumplieron su deber y arriesgaron su vida en defensa de sus convicciones y postura ética. La Fach ha sido la institución que más ha avanzado en esta materia, seguida por Carabineros, Investigaciones y, finalmente, el Ejército y la Marina, esta última la más renuente.
El libro Contra Bachelet y otros es también una voz de alerta. No ha habido cambios profundos en las instituciones armadas y de orden. Siguen imperando visiones antipopulares y formas de entrenamiento y disciplina que hacen temer que los horrores del golpe y la dictadura puedan repetirse. Como dice en el prólogo el historiador Freddy Timmermann, "no nos hemos dado cuenta aún que convivimos en nuestra propia casa, a la vuelta de la esquina, con un poder genocida tal, que más de una vez se ha desbordado hacia nosotros, los civiles".
- (Antonio J. Salgado, Punto Final, número 630, 15 de diciembre de 2006, p. 20)
No hay comentarios:
Publicar un comentario